3 de noviembre de 2010

Las niñas, de pequeñas



Las niñas, de pequeñas, compartimos bocadillo en el recreo. Nos gusta ponernos perdidas con los restos de acuarela y soñamos con ser una princesa medieval. A veces lloramos de manera inconsolable y nos detenemos en la sílaba estática del llanto. Otras, sin embargo, palpitamos de emoción, ajenas a la miseria, o nos entregamos a la mudez de las piedras sin tener miedo al reproche. Cuando nos enfadamos, miramos con furia y a cierta distancia.

        Las niñas, de pequeñas, nos dejamos de rodeos. No sabemos qué son la paciencia, la virtud o la lujuria, ni entendemos de marcas de cigarrillos. Tampoco conocemos las fronteras entre este mundo y lo inasible, y en ese perímetro constante, lo somos todo. La memoria es una sombra muda sobre la que aún no sabemos balancearnos. Y el miedo, claro, otra cosa. Aún es demasiado pronto para saber que la muerte impera en todo lo que vive, y los monstruos existen sólo de madrugada.

        Las niñas, de pequeñas, decimos que odiamos a nuestros amigos, pero es mentira. Nos gusta que nos miren mientras cantamos y fingimos no darnos cuenta. Después crecemos y ganamos sensatez al tiempo que perdemos inocencia porque así nos han educado. Y nos reencontramos, lo leí una vez, con la seriedad que antes teníamos al jugar.

11 comentarios:

Pedro dijo...

Qué fresco y qué bonito! Te quiero, niña.

mariapán dijo...

Y las niñas de pequeñas jugamos a ser mayores y cuando lo somos nos damos cuenta de que allí...si que se jugaba agusto...
Qué gran regreso, qué buena vuelta...

De niña a niña...un beso infantil (con abrazo)

mamen dijo...

Teresa querida : a las niñas de cincuenta y cuatro nos gustaría, a veces, seguir siendo pequeñas.

Antonio dijo...

Fresco y precioso, ¡y preciso! Felicidades, se devora de un bocado.
Otra que se apunta a darle puntapiés a la vida mientras se columpia en la puntiaguda esfinge de la luna. ¡Hagan sitio que viene una amiga!

Se te echaba de menos por estos lares.
Antonio

marimonti dijo...

¡Qué alegría volver a leerte, Teresa!.
Maravilloso comentario, como siempre.
Espero y deseo que tu madurez no impida brotar en tí, la niña que llevas dentro.
Muchísimos besos, mi pequeña niña.

Josep Julián dijo...

Hola Te:
Las niñas cuando se hacen mayores hablan de las otras mujeres llamándolas niñas, con lo cual el bucle queda cerrado a cal y canto.
El pensamiento de una mujer es insondable, sobre todo cuando quiere volver a ser niña.
Un abrazo.

Pugliesino dijo...

Ojalá leyeran tal belleza de texto no las niñas de pequeñas sino aquellas personas que de mayores las explotan.
Me ha encantado.

¡Bienvenida Té!

Un abrazo

Juanma dijo...

Joder, mi querida Té (qué alegría volver a nombrarte), que texto tan fantástico. Me vuelve loco esa sílaba estática del llanto.

Magistral e inteligente texto, querida mía. Maravillosamente escrito. Un gustazo.

Un par de besos para mi chica favorita.

LETRA LIBRE dijo...

Tenía ganas de ver algo nuevo en tu blog. Precioso.
¡Saludos!

Pedro Jaén
www.letralibre.es

Carmela dijo...

Maravilloso Té. Qué bonita sensación haber jugado juntas de pequeñas y poder leer ahora tu visión respecto de tan tierna y emotiva etapa.
Besos mil bella.

Té ツ dijo...

¡Qué alegría leeros, de verdad! Es un lujo volver después de tanto tiempo y encontraros al otro lado de mi ventana indiscreta. Sin vuestro cariño nada de esto tendría sentido.

Besos, besos.