20 de octubre de 2015

Personas grises

Existen personas grises, de escasa reflexión moral, que viven bajo un velo envanecido,
opinando siempre y sobre todas las cosas.

       Es una muestra tan amplia
       como la propia clase humana.

Las personas grises, a pesar sus recursos, desarrollan cierta vocación periférica, suburbial,
y se mantienen siempre en esa línea vanidosa y petulante.

      Si tuvieron o no instrucción positiva,
      lo han olvidado.

Sin embargo, las personas grises son incapaces de advertir
las miserias propias.

      Por eso, con frecuencia, son absorbidas por esa desagradable mezquindad,
      ese subproducto chabacano y arrogante. 

Y así, con la vida y a pesar de ella,
las personas grises viven condenadas sin saberlo,
e incapaces de guardar silencio,
envejecen haciéndose notar entre los pliegues mustios de los años.