15 de julio de 2009

Talento

"Puedo contar historias de lujo, cocaína y billetes de los grandes,
pero también de fantasmas que no me dejan dormir"


Creció entre prostitutas, asesinos a sueldo y narcos que trafican con joyas, crack, alcohol y tabaco. La primera vez que vio al padrino, él puso frente a ella una botella de champán, dos copas y una caja metálica con un cortaplumas. Supongo que intuía que la chica tenía talento, y fue entonces cuando conoció las bondades del dinero, que la atraparon para siempre. Con el tiempo, aprendió a refugiarse en las mansiones en las que Bach suena de fondo y a abrir las carteras de los gordos adinerados. Los tíos listos siempre le dejaron a ella la venta de las cosas importantes.

Nadie de los de arriba se quejó nunca.

Adora los diamantes, miente como nadie y le gusta jugar a lo que sea. Seduce a los imbéciles perfumados y les hace creer que son importantes. Finge que hay pasión, bebe, esnifa y se esfuma cuando no hay dinero. Emigra cuando no hay futuro y es incapaz de amar. La última vez que la vi me dijo que discutía mucho con Dios, así que decidió acabar con él y deshacerse del cadáver. Desde entonces habla con libertad de sus historias de lujo, cocaína y billetes de los grandes, pero hay fantasmas que no la dejan dormir.