Se esfumaron, Tato. Desaparecieron en la bruma del abismo, así que no hay peligro. Besos :)
Se cayeron las palabras y precedieron a ese silencio del que hablas, Carlos. ¿Volverán para llenarlo todo?... Me lo pregunto en esta mañana de niebla. ¡Un beso!
A mi, de vez en cuando, también me chorrean por los brazos...unas veces cierro los puños y aprieto fuerte, pero otras (las de la desgana y la desidia) se ecurren y caen...
9 comentarios:
Has dibujado el poema, percibo la caída de las palabras lentamente.
Hoy has tenido suerte: no se te han roto.
Recógelas pronto, no vaya a tropezar alguien con ellas y se haga daño.
Besos felinos
En silencio, como el sonido de una mirada, felinas palabras.
Un abrazo!
¡Qué bonito, mum, gracias!
Se esfumaron, Tato. Desaparecieron en la bruma del abismo, así que no hay peligro. Besos :)
Se cayeron las palabras y precedieron a ese silencio del que hablas, Carlos. ¿Volverán para llenarlo todo?... Me lo pregunto en esta mañana de niebla. ¡Un beso!
Hay palabras, que aunque caducas, no tienen precio encontrarlas a nuestro paso.
Me ha dado qué pensar eso del precio de la palabras... Un beso.
¡genial Té! ¡qué maravilla de poema!
A mi, de vez en cuando, también me chorrean por los brazos...unas veces cierro los puños y aprieto fuerte, pero otras (las de la desgana y la desidia) se ecurren y caen...
En fin...días que tiene una ¿verdad?
¡Ay, cómo lo sabes! Lo de los brazos que se hacen agua me ha recordado a esa escena de Amelie... Me encanta.
Veo que las dos tenemos la tarde bloguera, jeje. Más besos.
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